Texto: Jennyfer Villaverde Cruzado
Paita, una pequeña ciudad costera de Piura, alberga uno de los tesoros religiosos más preciados de la región: 𝐄𝐥 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐮𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐒𝐞ñ𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐌𝐞𝐫𝐜𝐞𝐝𝐞𝐬, esta devoción no solo ha forjado la identidad cultural de la ciudad, sino que ha sobrevivido a los embates de la historia, especialmente en manos de piratas que intentaron destruirla, pero que nunca pudieron apagar la fe de su pueblo. Todo se remonta al siglo XVI, cuando los padres Mercedarios llegaron al Perú con el objetivo de evangelizar estas tierras, en medio de este proceso, una devoción especial hacia María, bajo la advocación de la Merced —que significa 𝐦𝐢𝐬𝐞𝐫𝐢𝐜𝐨𝐫𝐝𝐢𝐚—, comenzó a consolidarse.
Uno de los momentos más recordados de esta devoción sucedió en 1587, cuando el pirata inglés Thomas Cavendish atacó el puerto de Paita, en su incursión, incendió el pueblo, y las llamas rápidamente alcanzaron el templo donde se encontraba la imagen de la Virgen.
En un acto de valentía que refleja la profunda fe de los paiteños, un devoto anónimo arriesgó su vida al ingresar al templo en llamas, rescatando la imagen antes de que el fuego la consumiera. Este hecho no solo fortaleció la devoción local, sino que también simbolizó la protección divina que los fieles sentían de parte de “La Mechita”, como es llamada cariñosamente la Virgen por los habitantes.
Otro acontecimiento clave ocurrió el 24 de septiembre de 1741, durante la Fiesta de la Virgen de las Mercedes. El pirata inglés Jorge Anson saqueó el puerto de Paita y, como trofeo de su invasión, se llevó la imagen de la Virgen, durante el viaje, el mar comenzó a agitarse de manera inusual, lo que muchos atribuyen a la ira divina por la profanación. Anson, lleno de superstición y miedo, disparó contra la escultura, hiriendo la imagen en el cuello.
La leyenda cuenta que de la herida brotó sangre, lo que horrorizó al pirata, quien arrojó la estatua al mar. La Virgen fue milagrosamente encontrada por pescadores locales, quienes la devolvieron a su santuario, donde la imagen sigue siendo venerada hasta hoy.En nuestro puerto de Paita, el legado de la Virgen de las Mercedes continúa siendo un faro de esperanza y un recordatorio de que la fe y la comunidad son fuerzas poderosas capaces de vencer incluso los desafíos más difíciles. Las peregrinaciones y festividades en su honor no solo celebran su protección, también la resiliencia de un pueblo que, generación tras generación, sigue confiando en “𝐋𝐚 𝐌𝐞𝐜𝐡𝐢𝐭𝐚” como su protectora y guía.
Fotografias by: Paiteños con orgullo.