Texto y Fotografía: Danilo Valdiviezo
Antes de la crisis sanitaria, el pueblo de Bernal disfrutaba de la danza de Los Garibaldis, danza representativa donde el capataz, el ángel y el diablito constituían la lucha entre el bien y el mal en el mundo. La pandemia de la Covid 19 ha cambiado la vida de este pintoresco distrito, ahora en Bernal la vida ya no es un carnaval.
Bernal, es la Capital Regional del Carnaval en Piura, tierra de hombres trabajadores y muchachas hermosas que se enamoran al son de las canciones de los Cantaritos de Oro. Durante el carnaval, cada esquina de Bernal se viste de colores para recibir a las mejores orquestas y bandas de músicos del país, la alegría del pueblo se mueve al son de las marineras y cumbias que seducen a propios y extraños.
Don Celedonio Loro nos recibe en su hogar para contarnos el origen de Los Garibaldis y las incontables anécdotas que ha pasado impulsando esta danza. Don Celedonio tiene 78 años, y desde que tiene uso de la razón ha representado al Capataz, un personaje con cara de vaca que devora a una niña. Esta imagen tiene ahora una mirada distinta, nosotros somos ahora tan frágiles como esa niña ante este virus que amenaza terminar nuestras vidas.
Al norte de Perú, en la región Piura, Bernal es un distrito de la provincia de Sechura, que se caracteriza por la nobleza y generosidad de su gente durante todo el año, pero especialmente en la época de los carnavales. Declarado en el año 2005 mediante ordenanza Nº 062-2005 GRP-CP, por la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo de Piura, como “Capital Regional del Carnaval, Bernal ahora ha hecho una pausa a su alegría para guardarle luto a sus muertos.
“Hoy todos nos enfrentamos a esta pandemia y así como en mi danza el ángel gana, vence al diablito, nosotros ganaremos a este virus, porque somos más fuerte que eso y cuando pase todo esto volveremos a bailar para Bernal”, nos dice Don Celedonio Loro, fundador de esta expresión artística, mientras mira su máscara como queriendo recordar la alegría de los años pasados.
Desde que empezó la pandemia, los barnalenses afrontan de la mejor manera la situación, Boris Alexander Montaño Tume, es un joven ingeniero que le tocado en su período de alcalde asumir la mayor responsabilidad de su vida, junto a un grupo de profesionales de la salud coordina las acciones para evitar que los ciudadanos de Bernal sumen muertes en la estadística nefasta de la Covid 19.
En el rostro del ingeniero Boris Montaño se refleja la tristeza, ha perdido a familiares, amigos y personajes ilustres que han aportado en la historia de Bernal, como Don Froilán Ayala Loro, ex alcalde y mayordomo de la sociedad yuncera “verde de la esquina sin rival”; y Don Melchor Loro, quien dio vida a La Tamalera, quien nunca dejó de sonreír, pero el mundo de los ángeles lo llamo para bailar con los labios rojos y su colorido traje, allá en el cielo.
Los pobladores se encomiendan al Señor de la Agonía, patrono de Bernal; este pueblo ubicado a 30 minutos de Sechura, se resiste a perder la batalla contra la Covid 19, por eso los domingos nadie sale a la calle, solo sale la María Dominga, para vigilar que nadie incumpla el toque de queda. El Lunes muy tempranito, se asoman desde sus ventanas para ser acariciados por un rayito de Sol.
Antes se acostumbraba a sentarse en las puertas de las casas para observar el ocaso y sentir la brisa del mar acariciar los rostros arrugados por el trascurrir de los años y el trajín de una existencia que hoy por hoy ha cambiado, ahora los pobladores han cambiado la alegría por la preocupación y las máscaras del carnaval por las mascarillas de bioseguridad.
Bernal, tierra multicolor fue visitada este año por cerca de 70 mil turistas, quienes disfrutaron de su carnaval entre polvos, talco, agua, platos típicos como la Liza Asada, su Ají de Boda. Volveremos cuando pase todo, para junto a las sociedades yunceras, entre las que destacan la Verde de la Esquina, Verde Florido del Sur, Verde del Norte y el papá, Rojo Encarnado, La Crema Innata, Verde Chepito y Rojo en Coronado, recuperar la alegría que hoy nos roba este maldito virus.